Secundaria: ESO y Bachillerato


Etapa de la creación de la persona social 

En Secundaria, se desvela el talento de cada persona con el fin de orientar a los alumnos hacia un futuro de éxito como lo demuestran los excelentes resultados en concursos, premios y pruebas externas, incluidas las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU). El Montessori Palau Girona prepara los chicos y chicas en competencias de creatividad, autonomía, responsabilidad y emprendeduría con un tratamiento individualizado a partir de trabajar con pocos alumnos por profesor y en aulas muy grandes equipadas con las últimas tecnologías. En el centro se trabajan hasta cinco lenguas acreditadas por las titulaciones oficiales de inglés como la de Cambridge o francés como la de DELF y se complementa con actividades de internacionalización.

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Entre los 12 y 18 años, el adolescente inicia la etapa de la creación de la persona social. Una vez ha adquirido de manera general la cultura y los conocimientos, lo que necesita para su formación es profundizar en su autoconocimiento para construir su propia identidad y participar directamente del mundo real.

El ambiente preparado: Todas las aulas y espacios están equipados con las últimas tecnologías de la información y la comunicación al servicio de la metodología pedagógica.

Las aulas de 1º, 2º y 3º de ESO son de 200 m2, y están equipadas con cocina y laboratorio cada una de ellas y servicios individuales, para crear ambientes de trabajo diversificados, trabajar en grupos cooperativos y para la gestión del conocimiento. Este entorno promueve la iniciativa, la autonomía y la responsabilidad del alumno.

En 4º de ESO y Bachillerato las aulas son de especialidad y están enfocadas a la profundización de cada área de conocimiento. El entorno permite a los alumnos, de manera autónoma, el trabajo en equipo en espacios comunes y acabar de consolidar su personalidad social y la propia identidad.

También forma parte de este ambiente el resto del entorno Escolar, la sociedad cercana y el mundo real. Por ello en estos cursos se realizan muchas actividades fuera del Centro Escolar y se recibe la visita de numerosos especialistas en diferentes campos.

El rol del adulto: Dar el máximo de oportunidades al alumno, ofreciéndole un abanico de experiencias, conocimientos, líneas de investigación científica y acciones de voluntariado. El adulto fomenta el análisis crítico del alumno y la acompaña observando los estados emocionales, personales y los cambios que se producen en cuanto a intereses e inquietudes, para adecuarse a sus necesidades.

Por este motivo, de los 12 a los 15 años en la mayoría de clases hay dos profesores en el aula, lo que hace que se reduzca la ratio aproximadamente a pocos alumnos por profesor en la mayoría de sesiones.

El trabajo del chico y chica: Consiste en seguir la autoconstrucción para consolidar la identidad personal como individuo social. Este proceso se realiza a través del diálogo, el análisis crítico del conocimiento y también experimentando situaciones del mundo real a través de experiencias laborales, empresariales y de voluntariado. Todo esto se realiza a través de una estructura de trabajo cooperativo donde se fomenta tanto el desarrollo individual como el trabajo en equipo.

En estas edades los alumnos tienen la posibilidad de conocer el mundo y su diversidad a través de programas internacionales y en el ámbito local, fuera del colegio. Estos proyectos se estructuran como problemas cercanos al mundo real que el alumno deberá resolver como fuente para adquirir el aprendizaje (se realiza a partir del Aprendizaje Basado en Problemas -ABP-, técnicas de descubrimiento guiado y los proyectos de investigación). El diálogo socrático refuerza las discusiones y el análisis para que el alumno progrese en su desarrollo.

El currículo de Secundaria y sus ampliaciones: El alumno sigue desarrollando la iniciativa y la autonomía a través de la utilización de unas hojas guión por unidad didáctica, donde se le presentan diferentes proyectos de investigación y orientaciones para el descubrimiento, guiados según las necesidades individuales. Este sistema de trabajo está pensado para que el alumno, haciendo uso de su creatividad, mantenga la ilusión por seguir aprendiendo. El currículo contempla la posibilidad de trabajar hasta seis lenguas: catalán, castellano, inglés, francés, alemán y latín; y el acceso a participar en concursos y premios que abarcan todas las áreas de conocimiento y que se detallan en el apartado de Proyectos para fomentar el talento. Además del currículo oficial, en Secundaria se trabaja más a fondo y se dedican más horas de clase a la lengua inglesa, las Matemáticas, las dos lenguas oficiales (catalán y castellano) o las asignaturas de ciencias como Física y Química. También se dedican más sesiones a trabajar el cuerpo a partir de sesiones extras de Educación Física como la expresión corporal.

Un grado más de aproximación al mundo real es lo que permiten las llamadas Ocupaciones de servicio y de producción, que pueden generar microeconomía y que están gestionadas por los mismos alumnos. Entre las ocupaciones de servicio están desde las tareas de apoyo a Primaria, hasta las tareas administrativas, de gestión o de apoyo a comunicación. Y de las de producción cabe destacar las ocupaciones relacionadas con el huerto y jardinería, la radio y la elaboración de productos con papel reciclado.

En 4º de ESO los alumnos tienen la oportunidad de realizar una estancia en una empresa a partir de un convenio entre el colegio y la Asociación Montessori Alumni, por el que los alumnos pueden realizar prácticas en una empresa propiedad de antiguos alumnos o bien dirigida por alguno de estos. En 1º de Bachillerato, los alumnos pueden hacer la asignatura 'Estancia en la empresa' y como en el caso de 4 º de ESO, conocer los aspectos básicos del funcionamiento, de sus necesidades y rutinas.

El legado de la etapa: La Dra. Montessori consideraba que el alumno, a los 18 años, ya entraba en la madurez. Después de toda la vida Escolar en el Centro, los alumnos han alcanzado un grado de desarrollo que les permite continuar el proceso de autoconstrucción de manera autónoma, impulsando su propio emprendimiento. Adquieren las funciones que les permiten ser capaces de planificar, tomar decisiones con flexibilidad mental, mantener la responsabilidad para poder afrontar las circunstancias de su propia vida y contribuir en la mejora del mundo. Por ello, la Dra. Montessori le llamaba "la Educación para la Vida".                          

 



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